Uno de los grandes retos de la climatización de grandes espacios es que, a diferencia de los pequeños locales o el ámbito doméstico, tienen necesidades especiales derivadas de su gran tamaño y funciones. Son requerimientos estructurales, pero también hay obligaciones legales que regulan la calidad del aire de estos recintos, porque aunque todos los espacios necesitan cierto grado de comodidad hay algunos en los que hay que ser especialmente cuidadoso.
Y es que no es lo mismo climatizar un centro comercial que las naves industriales y no es lo mismo una nave que almacena hormigón que una que sirve de centro logístico de productos farmacéuticos.
Por lo tanto, antes de decantarse por una u otra solución de climatización, si se desea conseguir un aire de calidad y un espacio de trabajo u ocio idóneo, es necesario detenerse y tener en cuenta algunos aspectos importantes.
¿Qué climatización necesita el gran espacio en cuestión?
Los sistemas de aire acondicionado para los grandes espacios deben atender a las necesidades particulares de cada recinto. En un principio esta heterogeneidad podría parecer un hándicap, pero lo que se logra es que el estudio profesional del caso individual consiga sistemas de climatización personalizados, los más y mejor adaptados a cada circunstancia.
A pesar de la diversidad de espacios, a la hora de elegir un equipo o sistema de calefacción existen consideraciones comunes a estudiar en todos los casos:
- Condicionantes climáticos: la altitud sobre el nivel del mar, humedad ambiental, temperatura del entorno a lo largo del año, posición respecto al sol, insolación diaria y estacional, etc. son algunos de los parámetros que pueden hacer variar las necesidades de climatización. Existen zonas de gran estabilidad climática y otras con grandes fluctuaciones estacionales e incluso a lo largo del día.
- Tamaño y estructura del espacio: influyen el volumen de aire que se precisa climatizar, la forma del espacio, el material de construcción, la altura de los techos, la distribución de escaleras y pasillos (varios pisos o solo uno) o incluso el estar abiertos al exterior, como es el caso de estadios abiertos o algunos centros comerciales. Cada edificio plantea su propio reto.
- Usos: no son lo mismo una nave industrial, un estadio, una sala de cine o un comercio. E incluso dentro de cada uno de estos pueden presentarse variaciones: la nave podría necesitar calefacción o refrigeración solo en ciertas zonas, según usos del personal o incluso obligaciones con el producto almacenado. El supermercado requiere climatización diferenciada entre las zonas de paso de clientes, el almacén o la línea de alimentos refrigerados, por ejemplo. Existen zonas que generan calor por haber maquinaria y/o muchas personas. Existen zonas aisladas que quedan frías. Las circunstancias son innumerables.
Una vez comprendidas las necesidades de climatización hay que tomar decisiones:
- Calcular la carga térmica. Esta es la cantidad de energía térmica que el recinto intercambia con el exterior, ya sea perdiendo calor (en invierno) o ganándolo (en verano). Es la cantidad de energía que hay que ?vencer? con la climatización y, por lo tanto, su cálculo es imprescindible para saber qué sistema de climatización se necesita. Depende de muchos factores ambientales y estructurales y sigue un método complejo, por lo que es imprescindible la profesionalidad en su cálculo.
- Seleccionar equipos de climatización. Con los datos en la mano y sabiendo las necesidades, llega el momento de estudiar qué climatización necesita el espacio en cuestión, su tamaño, características, número de unidades, etc., así como el reparto de trabajo según los requerimientos de las distintas zonas del recinto (por ejemplo, como se comenta arriba, el caso de supermercados con zonas de usos diferentes).
- Selección y diseño de canalizaciones. Las unidades de aire acondicionado necesitarán conductos, tuberías, difusores y sistemas de ventilación que a su vez también estarán influidos por las características y requerimientos del recinto.
Existen múltiples soluciones de climatización para adaptar a los diferentes grandes espacios posibles y sus variables. Es, sin duda, una gran inversión pero por suerte la tecnología ha avanzado muchodesde los viejos e ineficientes aparatos de aire acondicionado. Hoy prima la eficiencia, el bajo consumo, el respeto al medio ambiente y el conseguir un aire de alta calidad tanto en temperatura como en humedad y en uniformidad de ambas en el recinto. El sentirse cómodo dentro de un gran espacio incrementa la productividad de los trabajadores y la afluencia de público o clientes, sea en las zonas de trabajo de las naves industriales, las zonas de paseo de un centro comercial o en la sala de cine. Un cliente cómodo pasará más tiempo en las instalaciones, lo que puede llevar a un mayor consumo.
Tecnologías modernas como el sistema inverter permiten aumentar esta sensación de confort en público y trabajadores, reduciendo el consumo eléctrico. La alta eficiencia de los sistemas de climatización actuales convierte a esta necesidad en una inversión, tanto por consumo como por bienestar.
Créditos imágenes: Kinga, Aleksandar Tasevski
Image Credits: Aleksandar Tasevski, Kinga